viernes, 20 de septiembre de 2013

Galaxia



Debería dejar de pensar en tus besos.
Pero todo esto tan confuso que le llaman amor no me deja.
El día de nuestro apocalipsis inició con la libertad para vernos.
En la cama jugamos a lamernos el alma,
y a hacernos cosquillas en las preocupaciones.
Yo besé cada uno de los lunares de tu espalda.
Te dije te amo, me dijiste te amo, y todo fue muy real.
Hicimos poemas y canciones de amor con nuestros cuerpos.
Con nuestra anatomía natural.
Todo aparentaba ser algo cotidiano.
Pero nos extraviamos en las condiciones 
que nos pone la vida para sobrevivir.
Y esta pared pintada de melancolía se puso un disfraz,
y nos hizo creer que era un juego.
Pero no lo era.
Eran realmente las trampas del destino
que nos llevaba a nuestra ejecución.
Nos fusilaron.
Nos tiramos una bala en la nuca.
Nos enterramos un puñal por la espalda.
Desangramos promesas.
Nos consumimos.
Y casi al final de la noche, nos volvimos galaxia.
Me fui.
Pero al día siguiente, ya estaba de vuelta con una cerveza para ti.


Orianna LIsleth

El son del final






Hubo una noche en la que me cambié el nombre 
y me fui por ahí a tomar litros de alcohol.
Tú estabas en las llamadas perdidas de mi celular.
Yo estaba con un extraño echando a perder
mi vida y mi futuro contigo. 
Rompí las reglas y me fui a viajar de intrusa en lo sueños
frustrados de alguien más.
Desperté confundida y ajena a ti,
el amor de mi vida.
Todo fue en picada y yo comencé a quedarme sin tus besos.
¿Y ahora de que voy a vivir?
Si el sonido de tu voz daba ritmo y pauta a mis latidos.
Me quedé como ausente en el flujo interminable de tus reclamos.
Yo solo te quiero cerca.
Por dentro estoy rota a morir, y de noche me desaparezco.
Intento no pensarte de esta maldita manera obsesiva.
Intento transplantarme algo así como fe.
No sirve de nada.
Tú lejos extrañándome y odiándome al mismo tiempo.
Yo aquí sentada con vino y mis ideas suicidas... 


Orianna Lisleth

No soy un gato, pero por ti esperaría siete vidas



se trata de aprovechar cada instante y robar cada caria.
de colgarme en tu sonrisa,
desabrocharme la camisa y dibujar en tu espalda mil y una aventuras.
de acorralarte en una esquina y besarte hasta dejarte sin aliento.
de no permitir que el sol toque mi piel porque solo quiero que me toques tu. 
de adivinarte y sentirte bajo sabanas
mientras siento tu respiración
de abrasarte y despertarte con un buenos días mi todo.
se trata de que el corazón valla a mis por hora
y no perderlo en el intento


Orianna Lisleth

El principios de algo eterno



Elegí que tu fueses la persona que iluminase cada uno de mis días, 
que me comiera a besos. 
Elegí que no quería otras sonrisas, 
ni otros labios rozando los mios ni otros abrazos,
ni otra persona con quien hablar hasta las tantas. 
Elegí vivir con todas tus manías, 
tus celos,
tus enfados. 
Elegí que tu fueras mi locura y mi cordura 
y que ambas las perdiese al encontrarte a ti. 
Elegí el miedo a fallar, 
elegí las miradas, 
elegí temblar , 
elegí el camino difícil. 
Elegí hacerme adicta a ti, a tu manera de hacer las cosas
y a tus encantadoras ideas. 
Elegí conservar intacto cada momento a tu lado para siempre recordarlo. 
Elegí arriesgar y jugármela por ti.
Elegí amarte con toda mi alma. 
Elegí quererte toda la vida


Orianna Lisleth