Siento sucumbir mi corazón ante ti,
La belleza de un sueño casi es una realidad
Eres esa dulce estrella que ahora ilumina mi camino
La que siempre espere y nunca encontré.
Te conocí una mañana gris para mí y
Desde entonces no te he podido olvidar,
Son tus ojos los que contemplo en mis tardes
Cuando los imagino viéndome.
Tu sonrisa, ahhh que bella sonrisa
La sonrisa que le da cuerda a mi corazón
Es esa mágica sonrisa la dueña de mi voz
La fuerza que me hace seguir en pie.
Tu voz dulce voz cariño mío, la voz de una princesa
Cuando me hablas siento que el animal que
Llevo dentro de mí se amansa
Como si de algún tranquilizante se tratara.
Tu cabello, tu bella cabellera
Hilos finos de oro teñido por ángeles
Tejidos entre sí por la dulzura de un niño
Radiante como un hermoso azabache pulido.
Tu mágica mirada tan hermosa como el jardín del edén
El color de tus ojos bellos y radiantes
Sin comparación alguna y tan únicos como la esperanza, la que por ti en mi habita.
El hablar contigo me hace sudar y mis manos empiezan a temblar
Como si de un desorden hormonal se tratara
Tiemblo, se me borra la visión y hasta llego a tartamudear
Y luego me doy cuenta que enamorada de ti estoy.
Creo que Eros el mismísimo dios del amor
Lo quiso así, que me enamorara de ti
Que ni el firmamento ni el hades fueran limites
Por el amor que siento hacia ti.
Me enamore de ti, me enamore de una flor
De la magia del paraíso y el firmamento
De la estrella que llevas dentro, de tu perfume de mujer
Me enamore de ti...
Orianna Lisleth

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